
Por Nicolas Lázaro Kozameh
Sí, seguro que sí. El Mundial de las espectativas, es bueno que así sea por el «Dia D».
Pero vamos un poco a la historia. Como siempre debemos hacerlo, porque ésta nos indicará que es un Mundial diferente, más allá que la lógica prime al final. Sólo tres RWC se distiguen de otros. Veamos:
1987: por ser la primera que se disputó.
1995: por el fin del Apartheid político en Sudáfrica. Presidentes de las potencias mundiales siguiendo la Final y un Afro (Nelson Mandela) entregando la Copa.
Y éste, el Mundial donde todo no está dicho en algunas Zonas, salvo en la Zona B.
Hasta Francia puede quedar afuera y Los Pumas finalizar segundos, terceros o cuartos (según esta última posibilidad tendrán que jugar eliminitorias para clasificar a la próxima Copa del Mundo).
¿Qué está causando esta «linda angustia» y qué hace diferente a esta Copa? La diferencia es que Francia, Irlanda e Inglaterra podrían, por primera vez en la historia, concretar una Final europea. Paréntesis, ojo, mucho ojo, con la Reina Madre, epicentro del Capitalismo, del Rugby y del Rock. Soberana experta en ganar y pasar desapercibida.
Diferente por tres plebeyas molestias: Italia, Japón y Samoa, más Cheika que aún no sabemos qué quiere.
Todo desembocó en la cuarta fecha, terrible fecha salvo en la Zona B como escribí antes, donde todo estáprácticamente definido. Muy diferente este Mundial!
En otras palabras, la matemática, madre de todas las disciplinas, imperará. ¡Qué felicidad que asi sea!
También diferente porque la World Rugby está analizando con más seriedad el «otro extremo» del Rugby Mundial representado por Rumania, Namibia, Chile y más arriba Georgia, de la que se espere más. Portugal, me sorprendió.
Foto: Gentileza de Sergio «Gallo» Herrera